Toda forma de vida inteligente, por más minúscula que esta sea, es una forma mental de Dios; y toda forma física existente, ya tenga inteligencia o no, es una forma material de Dios.
Los seres humanos somos a la vez forma mental y material de aquello a lo que hemos llamado "Dios", aun sin verlo ni entenderlo desde la razón y los sentidos.
La religión tradicional describe a Dios como inmaterial, incorpóreo, celestial, separado de la Creación, habiendo creado todas las cosas de la nada.
Nosotros sabemos que eso no es cierto; lo que llamamos "Dios" no está fuera de lo material ni separado de la "Creación", sino que es Principio y Fin de todas las cosas, el ἀρχή (Arkhe) y el τέλος (Telos).
El "Dios universal" no es un individuo aislado del Universo, sino que está presente en absolutamente todo desde el fundamento propio corpuscular de todas las cosas y de sí mismo...